Esperanza::

Es un placer volver a escribir en el blog, luego de varios meses de ausencia por el tema del libro... por que lo que podía poner en el blog, elegí insertarlo en el libro... que quedo bastante bueno al fin y al cabo...

Uno de los mayores cambios desde la última vez que escribí, aparte de que he cambiado bastante la forma de escribir, ya que tener un libro encima significa algo... espero, bueno, el mayor cambio es la aparición de Maite en mi vida... mi hija, ella nace en Agosto y es un imán que me conecta a este mundo, junto con Paz. Sin ellas, no tendría mucha conexión con lo que pasa en el "más acá" y solamente pensaría en el "más allá"... una de las cosas en las que he meditado bastante es en el futuro que quiero construir para mi hijita... y sinceramente, a veces pierdo la esperanza.

Hoy, en Emol.cl aparece la noticia de la cinta número 11 que censura el comité de calificación de películas británico... una película que se basa en el dolor ajeno, y que solamente podría entender una mente enferma... con ganas de figurar...

Delincuencia, violencia, y cambios radicales de conceptos... familia ya no es lo mismo, matrimonio no es lo mismo, "mano de monja!".... nada que decir... Todo esto me hace recordar a Jeremías... un profeta que vivió en uno de los tiempos más oscuros de Israel... no sólo era testigo del extravío de una sociedad completa, sino que conocía claramente el fin de todo ello. Pero en el capítulo 32 del libro en cuestión, cuenta la historia de como Dios le habla y le ordena ir y comprar un terreno que hay en Jerusalén... Jeremías, estando encarcelado obedece, compra el terreno, y la escritura la guarda en un recipiente de greda, diseñado para soportar varios años protegiendo la escritura.... todo esto porque aunque Jeremías sabía que Jerusalén sería destruida, sus puertas quemadas, y su gente exiliada... pese a todo y aún con su corazón apesadumbrado, cansado, agobiado y sin ver signos de arrepentimiento en sus hermanos... aún así... guarda bien la escritura, por que sabe que... quizás luego que muera, luego que pase la tormenta... Dios tendría la última palabra... Jerusalén sería restaurada, volvería a su antiguo esplendor... y la tierra recobraría su valor... y cuando alguien preguntara porqué un hombre encarcelado compró una tierra antigua que no valía nada, le contaría la historia de un profeta que pese a todo... guardó más que una escritura... guardó su esperanza.

Esperanza... Esperanza.... es lo que nos mueve día a día, hora tras hora... no pierdas la Esperanza... por que Dios tiene la última palabra.

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