¿Qué buscas en internet?




Recuerdo la primera vez que me conecté a internet. Si no me equivoco fue en el año 1993, en la casa de un compañero de la escuela que tenía conexión porque su papá trabajaba de analista de sistemas para una importante compañía de tarjetas de crédito. Mi primera impresión fue ‘Y… ¿para que sirve esto?’ No tenía nada de atractivo. Visitamos algunos sitios que lo único que tenían era texto con poco y nada de imágenes.
Pasados un par de años comenzaron a surgir los Cybercafé. A unas cuadras de mi escuela había uno que, entre el café y la computadora, te costaba un ojo de la cara.
Con el pasar del tiempo pude tener mi primera conexión a internet en casa. Ya era el año 1999, y para ese entonces podías encontrar cosas mucho más atractivas y con mayor facilidad gracias a los buscadores, de los cuales el más potente era Yahoo. Si no estaba en Yahoo, no estaba en ningún lado. Poco tiempo después Google se consagró como el mejor buscador del mundo.
Parte de nuestra vida


Hoy internet es parte de nuestra vida. ¿Te conectas a diario? Yo sí. Es más, necesito conectarme. Enviar y recibir emails, buscar información para un trabajo práctico, leer las noticias, escuchar música, conseguir algún software, mirar fotos y videos, averiguar una dirección, comprar, saber el pronóstico, escoger un lugar de vacaciones, hablar con alguien de otro país, buscar en el diccionario o en la enciclopedia, traducir un texto, sacar entradas para el cine o para un recital, etc., etc. Internet se ha transformado en el medio de comunicación por excelencia. Lo terrible del asunto es que uno puede utilizarlo tanto para bien como para mal.
Lo más buscado
Leyendo un libro de Thomas Friedman, uno de los periodista más respetados e influyentes del mundo, encontré algo que me llamó poderosamente la atención. El visitó la sede central de Google en Mountain View, California, y dice que lo primero que preguntó fue acerca de las búsquedas más frecuentes de ese momento. Claro, seguramente te imaginarás cual sería la número uno. Por supuesto, lo más buscado en internet era «sexo» (La tierra es plana, MR Ediciones, p. 164).
¡Con qué facilidad podemos tener acceso a todo lo relacionado al sexo! Dime si navegando por la red no te has topado con pornografía. ¡Está por todos lados! Por más que vos no quieras igual siempre emerge por ahí. ¿Qué haces cuando navegando por internet te topas con sexo? ¿Miras o tratas de evitarlo? ¿Qué deberíamos hacer? No es para alarmarte (en realidad sí lo es), pero este asunto es ¡muy serio! Jesús es bastante drástico cuando habla sobre este tema. El dice que ‘cualquiera que mira una mujer y la codicia (la desea) ya ha cometido adulterio con ella en el corazón’, (Mateo 5. 28). Y ojo, esto va también para las mujeres. Pero fíjate que duro es Jesús con esto que hasta dice que ‘si tu ojo derecho te hace pecar, sácatelo y tíralo’, (v. 29). ¿Qué esta queriendo decir con esto? ¿Realmente tengo que arrancarme el ojo? ¡Claro que no! Jesús está tratando de hacernos entender lo grave de la cuestión. No entendamos mal, no es lo grave del pecado sino lo peligroso que es para nosotros caer en este pecado. ¡Trae consecuencias terribles!
El sexo en sí no es malo, sino que fue creado por Dios para hacernos bien. Tampoco Dios está en contra de que tengamos sexo, al contrario. Cuando puso a Adán y Eva desnudos en el Edén y les dio la orden de poblar la tierra, ¿qué piensas que les estaba diciendo? El sexo es algo bueno mientras lo usemos de la manera en que debe usarse. Es como un pantalón, si lo uso en la cabeza puede servir para cubrirme del sol, pero me será más cómodo y útil puesto como debería ser.
Lo segundo más buscado
Pero lo que ciertamente me llamó la atención no fue lo primero más buscado, sino lo siguiente. Lo segundo más buscado en internet era «Dios». ‘Un montón de gente anda buscándolo’, dice Friedman. ¡Qué increíble! Por un lado la gente busca ‘sexo’ para satisfacer su vacío interior, su desesperanza o su necesidad de ‘algo’, ¡y por otro lado busca a Dios!
Yo me pregunto, ¿qué encontrarán esas personas que buscan a Dios en internet? ¿Podrán encontrarlo en Google, Wikipedia o Youtube? ¿En qué puedo ayudar yo para que esas personas verdaderamente encuentren a Jesucristo?
Es un gran desafío para ti, para mí y para la iglesia. Creo que ha surgido un nuevo campo misionero que no debemos ignorar ni subestimar. Es totalmente virtual, pero no deja de ser real. Quiera Dios que como cristianos podamos dar una respuesta a todos aquellos que buscan a Dios desde sus computadoras. ¿Te animas a hacer algo al respecto?

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