
hoy día, sábado 21 de febrero del 2009,
nos reuniremos en la casa del mati
(Colo-Colo 470 depto. 42, Concepción)
Un pensamiento muy común que nos perturba cuando no logramos llevarnos bien con nuestros padres es la actitud “qué me importa”. Seguramente lo has pensado (así como yo lo hice durante un tiempo en mi adolescencia). No te importa lo que digan, si se molestan, si te felicitan, si te gritan… simplemente no te importa. Frases como “Trato de hacer las cosas bien, pero parece que no se dan cuenta”, “Siempre tienen algo por que regañarme”, “Nunca quedo bien con ellos”, “Ya traté todo, y no hay solución”, “Entonces, ¿a quién le importa?” son las justificaciones de nuestra actitud. Pensamos (sentimos) que este lío nunca va a terminar. Entonces, la alternativa es volvernos insensibles (dejarnos llevar por la indiferencia y la resignación).
Es una reacción muy normal (pero no justificable) de nuestra carne (egoísta y pecaminosa). Ni Dios (ni cualquier mortal) desea que el hogar se convierta en una zona de combate (guerra y caos). Mucho menos es el ideal que vivamos como personas aisladas, irritadas, divididas, que únicamente duermen y comen (de vez en cuando) juntos. A veces podrás sentirte la víctima de la trama (y no digo que nunca sea así). A veces tendrás la culpa de los roces (y no digo que siempre sea así).
Dios ha diseñado un plan perfecto para la familia, y nosotros somos responsables de ajustarnos (y que todo salga bien) o de rebelarnos (y pasarla mal). Específicamente, él ha designado el papel que los hijos debemos jugar (claro, también ha dicho cuál es el de los padres, pero ese es el trabajo de ellos). Efesios 6:1,2 recalcan nuestra responsabilidad de obedecer y honrar (estimar, respetar) a nuestros padres (y dicho sea de paso, la actitud “qué me importa” no cabe en este molde).
Para que la relación mejore, procura hacer bien tu parte como hijo. Considera evaluarte en las siguientes áreas y, de ser necesario, trabaja en hacer los cambios necesarios. (Un buen maestro me enseñó una vez que “si uno cambia, los demás cambian”).
1. ¿Cómo son tus miradas hacia tus padres cuando te hablan?
2. ¿Cómo es tu tono de voz hacia ellos?
3. ¿Cuáles son tus objetos favoritos (puertas, zapatos, mesas) que te gusta golpear cuando les respondes?
4. ¿Cuándo fue la última vez que tus padres te escucharon decir palabrotas como “gracias”, “perdón”, “te quiero”?
5. Si pudieras verte como te ven tus papás, ¿qué cambiarías de ti?
6. ¿Cuándo fue la última vez que oraste por tus papás?
7. ¿Te atreverías a tratar a tu Padre Dios como tratas a los padres que él te dio?
"Recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra" Jesús en Hechos 1:8
1.- Encuentra una prisionera de guerra atractiva, llévatela a tu casa, rápale la cabeza, córtale las uñas, cómprale ropa nueva, ¡y es toda tuya!La Ley de Deuteronomio (Deuteronomio 21:10-14)
2.- Encuentra una prostituta y cásate con ella.Oseas (Oseas 1:1-3)
3.- Encuentra un hombre que tenga siete hijas e impresiónalo dándole agua a su rebaño.Moisés (Éxodo 2:16-21)
4.- Compra un terreno y llévate a la mujer que es parte del trato.Booz (Rut 4:5-10)
5.- Ve a una fiesta y escóndete. Cuando las chicas salgan a bailar, toma una y llévatela para que sea tu esposa.Benjamitas (Jueces 21:19-25)
6.- Que Dios te diseñe una mujer. Nota: Esto te costará una costilla.
Adán (Génesis 2:19-24)
7.- Trabaja siete años a cambio de la chica que te gusta. Que te hagan una mala jugada, y que te casen con la chica que no era. Después trabajas otros siete años para casarte con la mujer con quien te querías casar originalmente. (Así es: Catorce años de problemas por una mujer.)
Jacob (Génesis29:15-30)
8.- Corta 200 prepucios de los enemigos de tu suegro y cásate con su hija como recompensa.David (I Samuel 18:27)
9.- Aunque no hay nada allá afuera, tu sigue rondando. Veras que te encuentras con alguien. (Todo es relativo, por cierto)Caín (Génesis 4:16-27)
10.- Hazte emperador una nación. Haz un concurso de belleza y cásate con la que más te gusta.Asuero (Ester 2:3-4)
11.- Mata a cualquier esposo y toma a su mujer. (Prepárate para perder a cuatro hijos)David (II Samuel 11)
12.- Espera a que se muera tu hermano y cásate con su viuda. (No solo es buena idea, es la ley)Onán (Deuteronomio 38:8)
13.- No seas tan especial. Haz de cualidad, cantidad.Salomón (I Reyes 11:1-3)
14.- ‘’¿Esposa?... ¡¡Hasta crees!!’’Pablo (I Corintios 7:32-35)
15.- Hazte carne y muere por los pecados de la humanidad. Cásate con mucha gente y llámalos una iglesia.Jesús (Apocalipsis 19:7-)
Por Paco Palafox
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