Maxwell Smart era torpe por naturaleza y aunque ser agente secreto era lo que más deseaba en el mundo, no era el lugar que estaba destinado para que él ocupe.A pesar de tener las mejores notas, y haber adelgazado veinticinco kilos sus esperanzas se veían desechas una y otra vez. No había nada que a pesar de todo su esfuerzo, pudiera hacer para lograr que lo nombren agente.
Todos los agentes secretos fueron descubiertos por Kaos, ninguno podía ser enviado a la siguiente misión porque ahora era conocido el rostro de cada uno de los agentes de control. Así, de repente, la suerte de Maxwell Smart tomó un giro inesperado. Con este hecho su suerte cambió y logró ser el agente que (a pesar de momentos de duda) pudo salvar la vida de muchísima gente.
En cierta manera nosotros somos como el agente 86. Estamos en un lugar que no merecíamos, en una posición que no era para nosotros. A veces creemos que no debemos ser agentes, que no merecemos estar en el lugar donde estamos.
La "Salvación" parecía que era solo para un pueblo elegido y que no podía llegar más allá. Pero de repente Dios abrió el juego para nosotros también.
Dice en 1ª Pedro 1.8-9 Que nosotros somos sacerdotes, que somos una familia elegida, que somos una nación Santa. Cuando leemos esto nos miramos a nosotros mismos y decimos ¿Queee? ¿Yo un santo? ¿Yo soy el pueblo elegido? ¿Yo sacerdote? Pero no soy como los grandes pastores, como esos músicos reconocidos por todo el mundo, apenas estoy empezando a descubrir algunos dones, con suerte. No me siento un santo, y hasta me da vergüenza que me llamen así.
Claro, seguramente como el agente 86 pasaste mucho tiempo esforzándote para llegar a ser alguien, y es bueno saber que delante de Dios hay algo más importante que nuestros esfuerzos, y estoy hablando de su amor. Eso es lo que se llama "gracia" de verdad no merecemos estar donde estamos, pero Dios tiene gracia, tiene un amor increíble hacia nosotros, y pese a que por más esfuerzo que hagamos no podemos lograrlo, él nos pone en ese lugar que deseamos estar, cerca de él, pudiendo ser sus hijos, su pueblo, sus amados.
Hoy gracias a la gracia de Dios podemos estar en un lugar que nos llena, podemos disfrutar a full de la presencia de Dios. Podemos vivir todo lo bueno, agradable y perfecto que él tiene para darnos.
Por Flavio Calvo
Flavio dirige el ministerio Saltá de Alegría, un espacio dedicado al evangelismo y discipulado de adolescentes y jóvenes de manera creativa.
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